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Por un momento, en un arrebato de enojo,
    escondí mi rostro de ti;
pero con amor eterno
    tendré compasión de ti
            —dice el Señor, tu Redentor—.

»Para mí es como en los días de Noé,
    cuando juré que las aguas del diluvio[a]
    no volverían a cubrir la tierra.
Así he jurado no enojarme más contigo,
    ni volver a reprenderte.
10 Aunque cambien de lugar las montañas
    y se tambaleen las colinas,
no cambiará mi fiel amor por ti
    ni vacilará mi pacto de paz,
    —dice el Señor, que de ti se compadece—.

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Footnotes

  1. 54:9 del diluvio. Lit. de Noé.